Catequesis en Madrid

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Crimen e investigación

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Bienvenido a la web «catequesis madrid». Este sitio web es para promover la formación cristiana a través de las encíclicas ilustradas en Madrid. Las encíclicas ilustradas son las encíclicas y demás documentos vaticanos ilustrados como si fueran cómics, pero respetando el texto original.

Esta web hace especial hincapié en la encíclica Deus Caritas Est y en la Ciudad de Madrid.

Hay pocas cosas más formativas que una encíclica que escribe el Sumo Pontífice y que está dirigida a todos los fieles.

Sin embargo, las encíclicas no son nada fáciles de leer. Por eso este sitio, para hacer más fácil la lectura. Conviene resaltar que los textos son los originales. En la encíclica ilustrada no se edita ningún texto. No es un resumen. Están basadas en un copiar – pegar de las partes más jugosas. Por ello, el lector de la encíclica ilustrada es como si leyera la original con partes del texto resaltadas. La única parte inventada o creativa es la del dibujo (evidentemente)

El resultado es sorprendente. Por ejemplo, si antes hacían falta varias horas para leer (y entender) la encíclica Humanae Vitae, con este formato (ilustrado) bastan unos minutos.

Se busca hacer realidad lo de “de Madrid al cielo” ¿Cómo llegar al cielo? ¿Es una cuestión de esfuerzo físico o psicológico? Desafortunadamente (o afortunadamente para nosotros los torpes) el esfuerzo físico tiene muy poco que ver con todo esto. Sin embargo, ese fisicidad puede ser una consecuencia del esfuerzo psicológico. Además, el esfuerzo físico se presta a multitud de ejemplos, sobre todo en el campo del deporte.

Aunque hay ideologías que se pierden en otros campos, lo cierto es que no somos mentes puras y hay actitudes”físicas” (como respirar aire puro, sentir la caricia del sol o quedar para una caña con los amigos) que tiene una influencia fundamental en cualquier aspecto psicológico.

Como señalábamos al principio, esta web trata de ayudar en la formación cristiana. La formación es algo muy grande pero los pilares los forman cuatro ideas. ¿Cuáles son?

Ya a Jesús le asaltaron preguntándole cuál era el mandamiento más importante de todos. ¿Y qué respondió Jesús? Señaló hacia el amor que somos capaces de dar a Dios y el amor que se pueden tener los hombres entre sí. Claro que entonces no había ocurrido la Pasión de Jesús.

Los fundamentos de la Iglesia siguen las enseñanzas de su fundador: que Dios nos quiere con locura y Jesús es la prueba viviente de ese amor, que al amor de Dios podemos responder con nuestro amor y que los hombres han de amarse entre sí. Y estos fundamentos eclesiales son la base del ecumenismo.

Luego hay más cosas. Algunas dividen a los cristianos (como el papel del Sumo Pontífice), otras unen (como la Filiación Divina) otras nos unen con unos y nos separan de otros (como la Santísima Virgen María, los Ortodoxos y los Protestantes)

La Iglesia que fundó Cristo es una. Sin embargo, en ella -y en determinados momentos- los pecados han campado a sus anchas -escandalizando al personal- y todas las reformas tienen una gran lógica. Pero aunque muchos de los altos cargos de la Iglesia se hayan comportado como personas endemoniadas (algunos en épocas recientes) quien tira de los hilos -así lo creemos muchos- es el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo… ya Jesús habló de Él y alguno lo ha bautizado como “El Gran Desconocido”. Sobre él he creado una página web:

Es misterioso, sí, pero alguien a quien el mismo Jesús propone para rezar y pedir vale mucho la pena.

Forma parte de la Trinidad. Ella está acto seguido -en el segundo capítulo- al de los fundamentos de la Iglesia. Y es que la Trinidad es el mayor de los misterios. Solo gracias a que Jesús habló del Espíritu Santo sabemos de Él. ¿Cómo imaginar algo así? Recuerda a un Dios oriental de tres cabezas y un solo cuerpo, algo muy alejado del Sentido Común que la Iglesia se precie de tener. Es por ese Sentido Común por que la Iglesia se aleja todo lo posible de ese tipo de deformidades y cuando representa a la Trinidad lo hace con un señor barbudo, Jesucristo resucitado y una paloma.

La Trinidad es un misterio que la Iglesia acepta y muestra casi a regañadientes. Jesús tiene la “culpa”, pues sus palabras eran claras y abiertas y no daban lugar a ninguna interpretación posterior.

Cuentan que cuando San Agustín paseaba por la playa pensando en el misterio de la Trinidad, se encontró con un niño que jugaba en la orilla. Había hecho un pequeño hoyo y lo rellenaba con agua del mar.

– ¿Qué haces?  -le preguntó Agustín

El niño dijo que su objetivo era meter toda el agua del mar en aquel agujero.

– ¡Pero eso es imposible! -dijo Agustín

– Tan imposible como meter en tu pequeña razón la inmensidad de la Trinidad -respondió el niño.

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